Certificado Energético
Como ahorrar en las facturas de luz y gas con energías limpias
Vanessa 2017-01-01
Un porcentaje elevado del gasto de luz y gas en una vivienda es el que se destina a la aclimatación de la misma, tanto en verano con el aire acondicionado, como en invierno con la calefacción. Ante las cada vez más elevadas facturas energéticas, debido al aumento de las tarifas de las compañías suministradoras, sin olvidar la contaminación que estas energías generan, se crea la necesidad de buscar sistemas sostenibles para reducir el consumo. Las energías limpias, aquellas basadas en fuentes renovables de energía (solar, eólica), reducen la emisión de gases contaminantes al aire respecto a los sistemas de acondicionamiento basados en energías no renovables (carbón, petróleo, gas natural).
En un primer momento, la incorporación de sistemas basados en energías renovables supone un gasto elevado pero a la larga se acaba recuperando la inversión inicial. La reducción del gasto familiar en suministros se reduce considerablemente y se promueve una conciencia de vida sostenible acorde con el cuidado del medioambiente.
Viviendas de nueva construcción
Durante la fase de proyecto de una vivienda pueden tomarse una serie de decisiones basadas en criterios bioclimáticos pasivos, que son aquellos que aprovechan las condiciones de la naturaleza para disminuir las necesidades energéticas y, por tanto, el gasto.
Como bioclimatismo pasivo entendemos la correcta orientación de la fachada, sistemas de protección solar, aislamiento, ventilación cruzada o cubiertas vegetales, entre otros.
Aunque en principio el arquitecto encargado del proyecto de la vivienda o del bloque de viviendas incorporará los sistemas más habituales de bioclimatismo pasivo, tales como orientar correctamente las viviendas o permitir la ventilación cruzada, no está de más informarle de nuestras pretensiones por conseguir una vivienda sostenible. La fase de proyecto de la vivienda es el mejor momento para estudiar los sistemas de bioclimatismo que se incluirán en ésta. Una vez ésta esté construida, incorporar dichos sistemas sería de gran dificultad, como, por ejemplo, modificar el tipo o el grosor del aislamiento en fachadas o en la cubierta.
Futura vivienda
Frente a la compra o alquiler de una vivienda, debemos tener en cuenta varios factores. Una decisión acertada nos salvará de elevadas facturas en los consumos de luz y gas.
La orientación de la vivienda es fundamental. Una vivienda soleada retrasará el encendido de la calefacción en invierno y el número de horas que ésta estará encendida. Si esta misma vivienda, que recibe luz en invierno, cuando llega el verano dispone de sistemas de protección solar, como voladizos o toldos, podrá evitar o minimizar el uso de aire acondicionado.
En los lugares fríos, cuando la vivienda no dispone de sistemas bioclimáticos pasivos y la calefacción va a ser usada durante gran parte del año, se debe tener muy en cuenta la fuente de energía que se usará para el calentar la vivienda. La calefacción eléctrica en estos casos supone unas facturas de la luz muy elevadas, por lo que es mejor el gas natural.
Viviendas existentes
En el caso de las viviendas existentes, cuando queramos mejorar las condiciones de la vivienda para que sea más sostenible, contaminando menos y reduciendo el consumo, utilizaremos sistemas de bioclimatismo activo, que son aquellos que pueden integrarse en un inmueble ya construido con el objeto de aumentar su eficacia energética.
Los sistemas más habituales basados en principios de bioclimatismo activo son los siguientes:
También llamada energía termosolar, funciona aprovechando el calor del sol para calentar el agua. Se utiliza para agua caliente sanitaria (ACS) y para calefacción por suelo radiante.
Unos colectores (placas solares), situados en un lugar del exterior de la vivienda donde reciban el máximo de radiación solar posible, absorben la luz solar y calientan un fluido especial conductor del calor. Una bomba transporta el fluido hasta el intercambiador de calor del acumulador solar. Allí, la energía térmica se transmite a un depósito de almacenamiento. Si la temperatura del agua es insuficiente, se activa un sistema de calentamiento convencional hasta conseguir la temperatura deseada del agua.
Un sistema de energía solar térmica proporciona de media el 60% de la energía necesaria para satisfacer las necesidades de agua caliente.
Acoplando un refrigerador por absorción a esta instalación, podemos refrigerar la vivienda en verano gracias a la tecnología del frío solar.
Las bombas de calor geotérmicas aprovechan las temperaturas del subsuelo para calentar una vivienda o enfriarla, según la época del año.
Este sistema permite obtener en la misma instalación calefacción, refrigeración y agua caliente.
Unos pocos metros bajo tierra se acumula el calor del sol a una temperatura constante todo el año. Es una energía limpia que aprovecha el calor del subsuelo para climatizar de forma ecológica.
El sistema más utilizado es la captación geotérmica vertical, que consiste en extraer o ceder calor de la tierra mediante sondas de captación de circuito cerrado, realizadas a una profundidad de entre 80 y 150 cm.
Se trata de una fuente de energía renovable, ecológica y autóctona. Se utiliza la materia orgánica como fuente de energía. Puede ser desde deshechos de agricultura (cáscaras de frutos secos, restos de poda de vid…) a restos de madera, como pellets o serrín.
Se utiliza para obtener calefacción (por suelo radiante) y para agua caliente sanitaria.
Produce menos emisiones por su forma de combustión. Ayuda a mantener limpios los bosques por lo que ayuda en la prevención de incendios.
Se debe instalar una caldera para pellets (fabricados a base de residuos forestales). El material se quema poco a poco en las calderas, por lo que genera cenizas que pueden ser utilizadas posteriormente como abono.
Están formados por células fotovoltaicas que producen electricidad a partir de la luz que incide sobre ellos mediante el efecto fotoeléctrico. Transformamos energía solar en eléctrica.
Se utiliza para cualquier sistema de climatización que funcione mediante electricidad.
La Calificación Energética
Una vivienda construida bajo criterios bioclimáticos obtendrá la calificación máxima (letra A) en el Certificado Energético. Esta calificación se obtiene cuando las necesidades externas energéticas de la vivienda son prácticamente inexistentes, ya que la misma vivienda es capaz de autorregular sus condiciones térmicas, y las emisiones producidas son también inapreciables.
En Certicedula somos arquitectos colegiados expertos en tramitación de cédulas de habitabilidad y certificados energéticos. Puede ponerse en contacto con nosotros y le aclararemos todas las dudas relacionadas sobre el tema y también puede solicitarnos el informe que necesite.