certificado energético
Espacios interiores saludables III
Vanessa 2020-07-22
En esta tercera y última entrada sobre los espacios interiores saludables, estudiaremos los tipos de contaminantes que pueden aparecer en un espacio habitable.
Los contaminantes pasan de forma inadvertida y afectan a la calidad del ambiente interior y a la salud de las personas.
Encontramos contaminantes químicos, físicos y biológicos.
Existen tres grandes grupos:
Son hidrocarburos en estado gaseoso a temperatura ambiente. Cuando reaccionan con óxido de nitrógeno forman el ozono y contaminan el aire.
Entre los COVs más habituales encontramos el formaldehido, el benceno y la acetona. Son liberados por pinturas, lacas, espumas, plásticos, aromatizantes del aire, aislamientos, melaminas, conglomerados, siliconas, masillas, productos de lavado en seco.
Las vías de acceso al organismo de los COVs son las vías respiratorias, la piel, los ojos y por ingestión.
Pueden producir irritación en los ojos y en las vías respiratorias, astenia, cefaleas y alergias, entre otros síntomas.
La intoxicación por formaldehido se produce por inhalación o penetración cutánea. Produce reacciones de hipersensibilidad que pueden afectar incluso al sistema nervioso.
Son compuestos químicos que provocan una gran amenaza para la salud humana y el medio ambiente debido a su persistencia (muy resistentes a la degradación química), la bioacumulación en los tejidos de los seres vivos, su toxicidad y su capacidad de ser transportados a larga distancia lejos de donde se han generado.
Se presentan en moquetas, aislamientos, plásticos, espumas, tejidos, equipos eléctricos.
Pueden ser biocidas (pesticidas, bactericidas, insecticidas y fungicidas, organoclorados, la permitrina, el PCF, el DDT) y plastificantes (presentes en vinilos, PVC).
Entran en el cuerpo por la vía respiratoria, ya que están presentes en el aire y el en polvo doméstico. Son potencialmente cancerígenos y disruptores endocrinos, alterando el sistema hormonal y afectando la reproducción.
Se trata de contaminantes dispersos en el aire en forma de polvo o aerosoles. Dependiendo del tamaño, pueden ser más o menos perjudiciales para el organismo. Las partículas PM 10 (hasta 10µm) penetran en el sistema respiratorio hasta los bronquios y causan patologías. Las 2,5 PM penetran hasta los alveolos del pulmón. Las partículas ultrafinas pasan a través de los pulmones y afectan a los órganos y sistemas a los que puedan llegar a través de la sangre.
Uno de los materiales más peligroso es el amianto. A pesar de estar prohibido hoy en día, se puede encontrar en obras de reforma y rehabilitación formando parte de cubiertas, conductos o aislamientos.
Son generados por diferentes formas de energía (radiaciones, vibraciones, ruido, temperatura) que, de forma prácticamente inadvertida, pueden afectar a la calidad del ambiente interior y a la salud de las personas.
La radiación puede ser ionizante o no ionizante. La radiación ionizante es aquella que tiene suficiente energía para modificar los átomos de la materia sobre la que incide. Se trata de la radioactividad, el gas radón, los rayos X, el escáner, etc. La radiación no ionizante es la formada por los campos electromagnéticos y las radiaciones ópticas.
El núcleo de algunos elementos químicos emite partículas y /o radiaciones para volverse estable. En la construcción, la radioactividad puede estar presente a través del gas radón o de materiales que contengan sustancias radioactivas.
El gas radón solo se detecta con aparatos específicos. Proviene de la desintegración del radio presente en el terreno y entra en los edificios a través del subsuelo y de espacios en contacto con el terreno (muros, soleras y cimientos). El gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco.
La radioactividad forma parte de rocas graníticas y pizarras. También puede estar presente en materiales que contengas fosfatos y silicatos de calcio (hormigón y placas de yeso).
Está provocada por la acumulación de cargas eléctricas continuas en un objeto que no es capaz de disiparla. Cuando un objeto con un exceso de carga entra en contacto con otro que sea conductor o que esté cargado con la polaridad contraria, puede dar lugar a descargas eléctricas.
Las cargas eléctricas continuas se sitúan en a superficie de los materiales plásticos y de fibras sintéticas, como PVC, moquetas, cortinas, tapicerías, lacas, etc.
Cuando las personas se interponen en estos campos eléctricos pueden verse afectadas. La electricidad estática es una de las patologías más habituales en el Síndrome del Edificio Enfermo.
Se origina por el movimiento de cargas eléctricas, producidas a causa de la corriente eléctrica alterna de la instalación de electricidad.
Lo generan los equipos eléctricos y electrónicos del interior de los edificios, y también las redes de distribución de suministro eléctrico cercanas a los edificios.
Las personas expuestas de forma continua a dosis bajas pueden ver su salud alterada.
Se produce cuando la cantidad de iones del aire interior es notablemente inferior a la del aire exterior, y la polaridad de los iones del aire interior es mayoritariamente positiva.
Se encuentra en interiores altamente tecnificados, mal ventilados y con gran presencia de materiales sintéticos. Este tipo de ambientes repercute en el sistema respiratorio, la piel y el sistema nervioso. Se trata de una de las patologías más habituales en el Síndrome del Edificio Enfermo.
El paso de corriente alterna por el interior de los conductores genera un campo eléctrico a su alrededor. Este campo origina una fuerza que actúa sobre otros objetos también cargados eléctricamente. Este campo desaparece a pocos centímetros de la fuente de emisión.
Se encuentra en conductores de distribución eléctrica, aparatos, enchufes, cajas de distribución, etc.
Los campos eléctricos artificiales interfieren en los campos eléctricos propios de los seres vivos. Puede tener efectos en el sistema cardiovascular, endocrino o nervioso.
Es un campo físico de ondas que combina fuerzas eléctricas y magnéticas.
En la parte más baja del espectro electromagnéticos se encuentran las emisiones de radio y televisión. En la parte más alta están las redes de telefonía móvil, el WIFI, bluetooth, microondas y comunicadores sin hilos.
Los efectos sobre las personas dependen de la intensidad del campo, la distancia a la fuente de emisión y la intensidad de la misma.
Se trata de microorganismos que se encuentran en espacios con alto contenido de humedad. Si en los espacios interiores se producen grandes concentraciones, el cuerpo humano no las tolera.
Los encontramos en superficies donde hay un grado de humedad elevado, como las condensaciones, puentes térmicos, capilaridades, escapes de agua, etc.
Los hongos y las bacterias, aparte de humedad, necesitan materia orgánica. Pueden estar presentes en baños, cocinas, desagües, filtros de agua, etc.
Aquellos que se reproducen mediante esporas están presentes en el aire y acceden al cuerpo por la vía respiratoria. Los que se reproducen por brotes quedan fijos en la materia orgánica que los alimenta. La vía de entrada al organismo es mediante la ingesta, y afectan el sistema digestivo.